Llega un momento en que todos nos perdemos en el mundo de las quejas. Probablemente hoy tú mismo te hayas quejado, como mínimo, del tráfico de la ciudad, del clima o incluso, de la contaminación.
En las organizaciones ocurre lo mismo. Todos quisiéramos vivir en un mundo laboral ideal, en un Disneylandia corporativo, en donde pudiéramos gozar de los beneficios, amenidades, ambiente, horarios, y encima, de un jugoso bono que periódicamente nos esté llenando la cartera.
Sin embargo, en el mundo real nos topamos con retos que podemos ver como obstáculos o como oportunidades, según como lo elijamos ver, y determinado en el cómo actuemos en relación a ellas.
La responsabilidad de crear ambientes laborales de confianza, al mismo tiempo motivantes, sanos y divertidos, no es solo responsabilidad de la organización como tal. La ecuación para crear este tipo de lugares de trabajo implica una responsabilidad compartida. Claramente la estructura, las políticas, y las iniciativas son sumamente importantes, sin embargo, dentro de la ecuación corporativa, éstas corresponden a un 20%.
Curiosamente, el 80% restante corresponde a los actores más importantes para las organizaciones: 50% de la responsabilidad recae en manos de los líderes y el 30% en los colaboradores.
Estos porcentajes hacen aún más eco cuando vemos su proporción con respecto al total de colaboradores. Por ejemplo, en los Mejores Lugares para TrabajarTM, el 16% de las personas se encuentran en mandos medios y el 80% a nivel operación o ejecución.
El impacto que tienen las acciones de estos dos importantes engranes es determinante para el éxito de la maquinaria organizacional, a través de su sinergia:
El engrane que acciona: los líderes
El accionar va más allá que el mandar. La figura de Miranda Priestly en “El Diablo viste a la Moda” poco a poco va quedando atrás. Hoy se apuesta por un rol de facilitador y de coach que pueda aprovechar el talento de su equipo y al mismo tiempo que su visión estratégica pueda encaminar a las personas a cumplir o exceder los objetivos y metas.
Son los agentes de cambio que actúan como impulsores de círculos virtuosos donde la reciprocidad es la máxima para estimular a las personas a dar lo mejor de sí mismas, empoderándolas para que puedan descubrir su potencial y explotarlo al máximo.
Además, tienen la gran tarea de cascadear la información de niveles jerárquicos más altos de la organización, de promover la correcta implementación de procesos y prácticas y de asegurar que se cumplan las políticas y lineamientos institucionales.
Los Mejores Lugares para TrabajarTM se promueven al crear ambientes de Alta Confianza por medio de la Credibilidad, Respeto e Imparcialidad. En un estudio realizado en 2016 en este tipo de organizaciones, se demostró que 7 de cada 10 colaboradores (e incluso más) percibe a sus directivos con un sólido liderazgo, considerándoles como figuras en quienes confiar, con un alto sentido de capacidad y visión del camino que debe transitar la organización[1].
El engrane que actúa: los colaboradores
Desde el lado de los colaboradores, es muy fácil dejar el balón en la cancha de los líderes y la organización, responsabilizándolos al 100% de su propio destino. Después de todo, están recibiendo una retribución por un trabajo.
Nada más equivocado que esto. Estamos viviendo cambios de paradigmas donde el trabajo ya no es trabajo, sino una fuente de satisfacción y trascendencia personal. Por ello, ya no es factible dejar en los demás la propia responsabilidad de crearnos y ofrecernos mejores lugares de trabajo, en beneficio de uno mismo y de los demás.
La frase de John F. Kennedy puede adaptarse a este contexto y parafrasearse como: “No te preguntes qué puede hacer tu organización por ti, pregúntate qué puedes hacer TÚ por tu organización”.
En los Mejores Lugares para TrabajarTM son los colaboradores mismos quienes, con su gran compromiso, entienden el valor del trabajo, los beneficios de la alineación de una misma visión y el valor de construir relaciones laborales productivas y sanas generando un sentido de pertenencia. Lo demuestran al tener niveles superiores al 80% de favorabilidad en cuanto a su compromiso de desear pertenecer a las organizaciones y querer colaborar en ellas2.
Los engranes son piezas fundamentales para lograr grandes resultados, sin embargo, por sí mismas no generan valor. La sinergia está en encontrar el match perfecto para que todas las piezas puedan llevar a cabo su función, y puedan impulsarse unas a otras.
Líderes-colaboradores-organización, son interdependientes por naturaleza, importantes por sí mismos, pero valiosos dentro de un contexto de equipo-familia.
Crear los Mejores Lugares para TrabajarTM puede percibirse como un proceso complejo cuando las piezas se ven por separado y desde fuera. Es desde adentro donde se crea la magia de lo que un equipo puede lograr: expandir los límites de lo individual, para ser cada vez más efectivos, eficaces y trascender, desde eso que somos, a lo que podemos llegar a ser.
Desde tu trinchera, ya sea como líder, colaborador, supervisor, o CEO, ¿cómo contribuyes desde tu propia persona y desde tu propio equipo a crear un mejor lugar para trabajar?
[1] 2 Encuesta de Ambiente Laboral Trust Index® 2016. Great Place to Work® México