En los últimos años, la sostenibilidad se ha convertido en un tema central en el mundo empresarial. Los desafíos ambientales y sociales que se evidencian más en la sociedad actual han generado un interés mayor porque este enfoque no solo sea una responsabilidad ética para las organizaciones, sino, y sobre todo, un factor clave para su éxito a largo plazo. Es importante entender que la sostenibilidad no se limita a la conservación ambiental o a generar espacios de responsabilidad social desde las organizaciones, como suele confundirse, sino que es un paradigma que abarca un espectro mucho más amplio que incluye ejes sociales, ambientales y de gobernanza corporativa.
Según un estudio de KPMG, el 69% de las grandes empresas de Latinoamérica generan reportes de sostenibilidad. En el caso de las empresas peruanas, el 85% de compañías con mayor facturación del 2023 ya han incorporado criterios ESG (Environmental, Social, and Governance) en toda su cadena de valor y, además, trabajan de la mano con los objetivos de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas, impactando sobre todo a los objetivos de empleo digno, acción por el clima y fin de la pobreza.
Un aspecto que está contribuyendo cada vez más a afianzar la sostenibilidad en las organizaciones es el comportamiento de los consumidores que priorizan los productos sostenibles. De acuerdo con un estudio de NielsenIQ, el 69% de los consumidores globales sienten que la sostenibilidad es más importante para ellos que hace dos años. Esta mayor conciencia de las personas sobre los productos que van a consumir, las organizaciones en las que trabajan o la cadena de producción de un bien ha sido un gran motor para que las organizaciones cada año demuestren un compromiso más fuerte con el medio ambiente y la sociedad en general. Pero, ¿es rentable ser sostenible?
Sí, diversos estudios recientes demuestran además que las organizaciones que adoptan prácticas sostenibles obtienen beneficios financieros tangibles. Un estudio de Harvard Business School revela que las organizaciones con sólidos principios de sostenibilidad tienen un 20% más de probabilidad de superar a sus competidores en términos de rentabilidad. Así mismo, el académico Fernando Rodríguez, doctor en Economía, concluyó que el 90% de los estudios relacionados con los criterios ESG afirman que aplicar dichos estándares contribuye a reducir el coste de capital.
Además, la tendencia muestra que girar hacia la sostenibilidad promueve una gestión basada en datos, transparente, innovadora e inclusiva, tendencias que hoy son clave para impactar de manera positiva en la cultura y el clima organizacional. Por ende, la sostenibilidad deviene una prioridad estratégica que busca asegurar la competitividad.
Pero, ¿cómo la organización puede ver una rentabilidad creciente al adoptar prácticas sostenibles? Desde Great Place To Work®, traemos las principales formas:
-
Reducción de costos operativos: El foco de la Agenda 2030 está vinculado a una problemática global que nos atañe a todos; por ello, el principal foco de muchas de las organizaciones que trabajan sostenibilidad prioriza el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 13: Acción por el Clima. En torno a esto, se generan en las organizaciones iniciativas sostenibles como la eficiencia energética, el reciclaje, la reducción de desperdicios y la medición de la huella de carbono. Estas acciones pueden disminuir los costos a largo plazo, ya que la eficiencia energética y estas prácticas medioambientales son la sostenibilidad del ahorro.
-
Mejor imagen de marca: Como se mencionó previamente, los consumidores están cada vez más interesados en apoyar marcas que demuestren responsabilidad social y ambiental. Las organizaciones que son percibidas como sostenibles pueden fidelizar a los clientes y atraer a nuevos que buscan productos éticos. Según un estudio de Kantar, un 73% de los peruanos estaría dispuesto a cambiar su estilo de vida para beneficiar al ambiente; además, un 65% preferiría pagar por un producto ecoamigable. Esto, además, está vinculado con cómo las nuevas generaciones buscan que sus espacios de trabajo promuevan una cultura sostenible e inclusiva. Acorde a las encuestas de Clima Organizacional de Great Place To Work®, uno de los principales motivos de permanencia en las organizaciones para los centennials y millennials es que su organización tenga un impacto positivo hacia la sociedad, es decir, buscan trabajar en organizaciones con propósitos trascendentales.
-
Atracción de inversores: Los fondos de inversión están cada vez más interesados en organizaciones con modelos sostenibles. Un enfoque sólido en sostenibilidad pueden atraer más inversión a largo plazo. Por ello, deben desarrollarse programas de financiamiento específicos que soporten iniciativas y/o proyectos con finalidad de triple impacto: social, ambiental y de gobernanza. Estos programas, por ejemplo, pueden ofrecer incentivos financieros como tasas de interés reducidas o créditos fiscales. Así, las organizaciones que cumplan con ciertos requisitos o que demuestren un compromiso genuino con la sostenibilidad tendrán acceso preferencial. Si bien ya existen fondos disponibles en el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), multiplicar su disponibilidad es primordial.
-
Innovación y diferenciación: La sostenibilidad fomenta la innovación. Las organizaciones que adoptan enfoques sostenibles suelen ser pioneras en el desarrollo de nuevos productos y servicios que satisfacen las necesidades cambiantes de los consumidores conscientes. Además, la diferenciación basada en la sostenibilidad puede proporcionar una ventaja competitiva a largo plazo, ya que los consumidores están dispuestos a apoyar y pagar más por productos y servicios sostenibles.
Trabajar la sostenibilidad es responsabilidad y requiere del compromiso de distintos actores: el gobierno, los ciudadanos, pero, sobre todo, el sector empresarial. Al contribuir con este enfoque, las organizaciones no solo están contribuyendo a generar un mejor país para las nuevas generaciones, sino que, a la par, están fortaleciendo su posición en el mercado.